Los talibán respetan el acuerdo de paz con Estados Unidos
Jueves, 21 de febrero de 2020 En el artículo, titulado 'Lo que nosotros, los talibán, queremos', Haqqani afirma que "lograr el potencial del acuerdo, garantizar su éxito y una paz duradera, dependerá de un respeto igualmente escrupuloso de sus compromisos por parte de Estados Unidos".
Así, afirma que "pronto" se "celebrará este acuerdo histórico" y agrega que "una vez se cumpla, los afganos verán la salida de todas las tropas extranjeras del país", al tiempo que apunta que los talibán "se unirán a todos los hermanos y hermanas afganas para empezar a avanzar hacia una paz duradera y sentar las bases de un nuevo Afganistán".
Haqqani, quien es además el líder del grupo terrorista Red Haqqani, reconoce que, si bien "se ha creado un grado de confianza a través de las conversaciones con los negociadores estadounidenses", los talibán "están muy lejos de confiar totalmente" en Washington, "al igual que Estados Unidos no confía totalmente" en el grupo.
El 'número dos' de los talibán destaca que al inicio del proceso de contactos "la confianza de que las conversaciones fueran a dar resultados era cercana a cero", antes de apuntar que los insurgentes "no confiaban en las intenciones de Estados Unidos tras 18 años de guerra y varios intentos previos de conversaciones que resultaron vanos".
"Decidimos intentarlo una vez más. La larga guerra ha supuesto un coste terrible para todos. Consideramos que no era inteligente rechazar cualquier oportunidad potencial para la paz, sin importar cómo de escasas fueran las probabilidades de éxito", dice.
En este sentido, recuerda que "desde hace más de cuatro décadas, se han perdido vidas afganas a diario" y que "todo el mundo ha perdido a un ser querido". "Todo el mundo está cansado de la guerra. Estoy convencido de que la muerte y las mutilaciones deben terminar", arguye.
Haqqani puntualiza que los talibán "no eligieron la guerra con la coalición extranjera encabezada por Estados Unidos" e insiste en que "la retirada de las fuerzas extranjeras ha sido la primera y principal demanda" de los insurgentes.
"Hoy estamos a las puertas de un acuerdo de paz con Estados Unidos, lo que no es un hito pequeño", asegura, al tiempo que destaca que la delegación talibán "ha trabajado incansablemente" para lograr un pacto.
"Nos mantuvimos en las conversaciones a pesar de la inquietud y malestar en nuestros rangos por la intensificación de la campaña de bombardeos contra nuestras aldeas por parte de Estados Unidos y los cambios en las demandas y objetivos por parte de los estadounidenses", puntualiza.
Por ello, reitera que "ningún acuerdo de paz (...) llega sin compromisos". "Que hayamos mantenido estas turbulentas conversaciones con el enemigo al que hemos combatido amargamente durante dos décadas, incluso cuando llovía muerte desde los cielos, es prueba de nuestro compromiso con el fin de las hostilidades y con lograr la paz en el país", agrega.
RECONOCE QUE EXISTEN "PREOCUPACIONES Y PREGUNTAS"
Haqqani reconoce en el texto que existen "preocupaciones y preguntas" en torno al futuro de Afganistán tras la retirada de las tropas estadounidenses, incluidos el tipo de gobierno, los derechos civiles y el papel de los propios talibán.
"Mi respuesta a esas preocupaciones es que dependerá de un consenso entre los afganos", afirma el 'número dos' de los talibán, quien defiende que será necesario "un proceso de discusiones y deliberaciones libres por primera vez de la dominación e interferencia extranjera".
"Estamos comprometidos a trabajar con otras partes de forma consultiva y con un respeto auténtico para acordar un nuevo e inclusivo sistema político en el que la voz de todos los afganos se vea reflejada y donde ningún afgano se sienta excluido", apunta.
De esta forma, argumenta que "libres de la dominación e interferencia extranjera", los afganos serán capaces de "encontrar un camino para construir un sistema islámico en el que todos los afganos tengan los mismos derechos, donde los derechos de las mujeres garantizados por el islam (...) sean protegidos y donde el mérito sea la base para la igualdad de oportunidades".
Los derechos fundamentales de la población, y especialmente de las mujeres, estuvieron severamente coartados durante el régimen talibán entre 1996 y 2001 debido a la estricta interpretación de la ley islámica por parte del grupo.
"Somos también conscientes de las preocupaciones sobre el potencial de que Afganistán sea usado por grupos perturbadores para amenazar la seguridad regional y mundial, pero esas preocupaciones están sobredimensionadas", dice.
Así, apunta que las informaciones sobre la presencia de estos grupos "son exageraciones motivadas políticamente" y añade que "no va en interés de ningún afgano permitir que estos grupos secuestren el país y lo conviertan en un campo de batalla".
"Tomaremos medidas en colaboración con otros afganos para asegurarnos de que el nuevo Afganistán es un bastión de estabilidad y que nadie se siente amenazado en nuestro territorio", promete.
APOYO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Por ello, Haqqani señala que existen "inmensos desafíos" a nivel interno una vez se abra el proceso de transición y pide "trabajar de forma dura y sincera para definir un futuro común". "Confío en que esto es posible", apunta.
"Si podemos lograr un acuerdo con el enemigo extranjero, debemos ser capaces de resolver los desacuerdos internos a través de las conversaciones", defiende.
Haqqani puntualiza además que otro "desafío" será mantener el interés y una "actitud positiva" de la comunidad internacional durante el periodo de transición y puntualiza que este apoyo "será crucial para estabilizar y desarrollar Afganistán".
"Estamos preparados para trabajar a partir del respeto mutuo con nuestros socios internacionales en la construcción de paz a largo plazo y la reconstrucción", dice.
"Una vez Estados Unidos retire sus tropas, puede jugar un papel constructivo en el desarrollo tras la guerra y la reconstrucción de Afganistán", apunta, al tiempo que reconoce la importancia de mantener "relaciones amistosas" con todos los países.
En esta línea, señala que el país "no puede permitirse vivir aislado" y que "el nuevo Afganistán será un miembro responsable de la comunidad internacional".
"Permaneceremos comprometidos con todas las convenciones internacionales, siempre y cuando sean compatibles con los principios islámicos, y esperamos que otros países respeten la soberanía y estabilidad de nuestro país", afirma.
Por último, Haqqani resalta que el país "celebrará un nuevo inicio" tras la firma del acuerdo de paz, que permitirá que "los compatriotas vuelven del exilio a un hogar compartido en el que todo el mundo tendrá derecho a vivir con dignidad y en paz".
Así, afirma que "pronto" se "celebrará este acuerdo histórico" y agrega que "una vez se cumpla, los afganos verán la salida de todas las tropas extranjeras del país", al tiempo que apunta que los talibán "se unirán a todos los hermanos y hermanas afganas para empezar a avanzar hacia una paz duradera y sentar las bases de un nuevo Afganistán".
Haqqani, quien es además el líder del grupo terrorista Red Haqqani, reconoce que, si bien "se ha creado un grado de confianza a través de las conversaciones con los negociadores estadounidenses", los talibán "están muy lejos de confiar totalmente" en Washington, "al igual que Estados Unidos no confía totalmente" en el grupo.
El 'número dos' de los talibán destaca que al inicio del proceso de contactos "la confianza de que las conversaciones fueran a dar resultados era cercana a cero", antes de apuntar que los insurgentes "no confiaban en las intenciones de Estados Unidos tras 18 años de guerra y varios intentos previos de conversaciones que resultaron vanos".
"Decidimos intentarlo una vez más. La larga guerra ha supuesto un coste terrible para todos. Consideramos que no era inteligente rechazar cualquier oportunidad potencial para la paz, sin importar cómo de escasas fueran las probabilidades de éxito", dice.
En este sentido, recuerda que "desde hace más de cuatro décadas, se han perdido vidas afganas a diario" y que "todo el mundo ha perdido a un ser querido". "Todo el mundo está cansado de la guerra. Estoy convencido de que la muerte y las mutilaciones deben terminar", arguye.
Haqqani puntualiza que los talibán "no eligieron la guerra con la coalición extranjera encabezada por Estados Unidos" e insiste en que "la retirada de las fuerzas extranjeras ha sido la primera y principal demanda" de los insurgentes.
"Hoy estamos a las puertas de un acuerdo de paz con Estados Unidos, lo que no es un hito pequeño", asegura, al tiempo que destaca que la delegación talibán "ha trabajado incansablemente" para lograr un pacto.
"Nos mantuvimos en las conversaciones a pesar de la inquietud y malestar en nuestros rangos por la intensificación de la campaña de bombardeos contra nuestras aldeas por parte de Estados Unidos y los cambios en las demandas y objetivos por parte de los estadounidenses", puntualiza.
Por ello, reitera que "ningún acuerdo de paz (...) llega sin compromisos". "Que hayamos mantenido estas turbulentas conversaciones con el enemigo al que hemos combatido amargamente durante dos décadas, incluso cuando llovía muerte desde los cielos, es prueba de nuestro compromiso con el fin de las hostilidades y con lograr la paz en el país", agrega.
RECONOCE QUE EXISTEN "PREOCUPACIONES Y PREGUNTAS"
Haqqani reconoce en el texto que existen "preocupaciones y preguntas" en torno al futuro de Afganistán tras la retirada de las tropas estadounidenses, incluidos el tipo de gobierno, los derechos civiles y el papel de los propios talibán.
"Mi respuesta a esas preocupaciones es que dependerá de un consenso entre los afganos", afirma el 'número dos' de los talibán, quien defiende que será necesario "un proceso de discusiones y deliberaciones libres por primera vez de la dominación e interferencia extranjera".
"Estamos comprometidos a trabajar con otras partes de forma consultiva y con un respeto auténtico para acordar un nuevo e inclusivo sistema político en el que la voz de todos los afganos se vea reflejada y donde ningún afgano se sienta excluido", apunta.
De esta forma, argumenta que "libres de la dominación e interferencia extranjera", los afganos serán capaces de "encontrar un camino para construir un sistema islámico en el que todos los afganos tengan los mismos derechos, donde los derechos de las mujeres garantizados por el islam (...) sean protegidos y donde el mérito sea la base para la igualdad de oportunidades".
Los derechos fundamentales de la población, y especialmente de las mujeres, estuvieron severamente coartados durante el régimen talibán entre 1996 y 2001 debido a la estricta interpretación de la ley islámica por parte del grupo.
"Somos también conscientes de las preocupaciones sobre el potencial de que Afganistán sea usado por grupos perturbadores para amenazar la seguridad regional y mundial, pero esas preocupaciones están sobredimensionadas", dice.
Así, apunta que las informaciones sobre la presencia de estos grupos "son exageraciones motivadas políticamente" y añade que "no va en interés de ningún afgano permitir que estos grupos secuestren el país y lo conviertan en un campo de batalla".
"Tomaremos medidas en colaboración con otros afganos para asegurarnos de que el nuevo Afganistán es un bastión de estabilidad y que nadie se siente amenazado en nuestro territorio", promete.
APOYO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Por ello, Haqqani señala que existen "inmensos desafíos" a nivel interno una vez se abra el proceso de transición y pide "trabajar de forma dura y sincera para definir un futuro común". "Confío en que esto es posible", apunta.
"Si podemos lograr un acuerdo con el enemigo extranjero, debemos ser capaces de resolver los desacuerdos internos a través de las conversaciones", defiende.
Haqqani puntualiza además que otro "desafío" será mantener el interés y una "actitud positiva" de la comunidad internacional durante el periodo de transición y puntualiza que este apoyo "será crucial para estabilizar y desarrollar Afganistán".
"Estamos preparados para trabajar a partir del respeto mutuo con nuestros socios internacionales en la construcción de paz a largo plazo y la reconstrucción", dice.
"Una vez Estados Unidos retire sus tropas, puede jugar un papel constructivo en el desarrollo tras la guerra y la reconstrucción de Afganistán", apunta, al tiempo que reconoce la importancia de mantener "relaciones amistosas" con todos los países.
En esta línea, señala que el país "no puede permitirse vivir aislado" y que "el nuevo Afganistán será un miembro responsable de la comunidad internacional".
"Permaneceremos comprometidos con todas las convenciones internacionales, siempre y cuando sean compatibles con los principios islámicos, y esperamos que otros países respeten la soberanía y estabilidad de nuestro país", afirma.
Por último, Haqqani resalta que el país "celebrará un nuevo inicio" tras la firma del acuerdo de paz, que permitirá que "los compatriotas vuelven del exilio a un hogar compartido en el que todo el mundo tendrá derecho a vivir con dignidad y en paz".
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